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Fuente: Internet World Stats

Si bien las presiones económicas, que exigen ingresos inmediatos a los medios de comunicación, no permiten generar un clima acorde a la innovación periodística; existe un acceso a múltiples herramientas de inteligencia artificial con diversas experiencias en generación de contenidos. El desafío actual para las redacciones está en comprender y definir claramente estos tipos de usos.

Recuerdo las conversaciones con mis alumnos del diplomado de periodismo de la Universidad Católica de Chile, hace un par de años, cuando jugábamos con Simplified, una herramienta que permitía con “inteligencia artificial” generar textos a partir de unas palabras clave. Recuerdo a uno de mis alumnos decir: “¿Y ahora para qué nos van a necesitar?”.

Venía siguiendo los pasos torpes de la IA desde hacía un tiempo ya, pero creo que ese fue el primer momento en el que pensé: “oye, esto va en serio”. De entonces a ahora, la IA ha progresado exponencialmente. Sin embargo, hay una frontera que aún no se desbloquea: la generación de valor.

¿De qué hablamos cuando hablamos de valor?

La generación de valor es la capacidad de crear algo nuevo, útil y original que aporte un beneficio a una audiencia o a una sociedad. La IA puede imitar el lenguaje humano, pero no puede comprender su sentido,  intención,  contexto o creatividad (todo aquello que en periodismo conocemos como calidad). Por eso, los medios tienen un rol fundamental en aprovechar la IA como una herramienta para mejorar el trabajo, pero no para sustituirlo.

Los medios pueden usar la IA para automatizar tareas rutinarias, procesar grandes volúmenes de datos, detectar tendencias o anomalías, generar ideas o sugerencias, pero siempre deben aplicar su criterio,  ética y sensibilidad para dar valor a sus productos.

Dicho de manera simple, la inteligencia artificial es genial para decirte cómo llegar del punto A al punto B, pero jamás se cuestionará si realmente deberías llegar al punto B.

Desafíos para desarrollar estrategias orientadas al valor

El problema principal que enfrenta la región es la desigualdad de recursos y financiación entre Estados Unidos y América Latina, cuando se trata de profesionales capacitados en el uso de la IA.  Si a esto le sumamos que hay países con bloqueos para el uso de herramientas de inteligencia artificial generativa –pese a que medios locales han podido superar esas barreras, como se verá en las redacciones de este capítulo–, la brecha se pronuncia aún más.

Si uno revisa los distintos ejemplos de la región –que se analizarán con generosidad a lo largo de las redacciones siguientes–, se puede observar que estamos todavía en una fase exploratoria. Esta, además, se ve aplastada por una coyuntura económica que impone una necesidad urgente de generar mayores ingresos; es decir, no existe un clima favorable a la innovación de propuestas para la generación de contenidos. En América Latina, todavía estamos atrapados en la fase de generación de herramientas, pero no hemos profundizado mucho en el porqué de las mismas y, sobre todo, nos está costando alinearlas a una estrategia mayor que potencie la generación de valor de nuestras marcas periodísticas.

Dockins es un proyecto hecho con equipos de distintos medios independientes de América Latina para generar un set de herramientas de machine learning al servicio de los periodistas de investigación.

Más allá de las herramientas IA

En aplicaciones como Notion se pueden compilar más de 1.000 enlaces de herramientas basadas en IA catalogadas por tipo de uso (video, audio, texto, SEO u otras). ¡Nunca había sido tan sencillo encontrar una!

Desgrabador es una herramienta de Chequeado (Argentina) que usa IA para procesar textos de los subtítulos de los videos de YouTube, herramienta de código abierto.

No obstante, generar valor periodístico con base en este espiral de posibilidades todavía implica conocer las audiencias, el problema que se soluciona, el mercado en el que se mueve, la percepción que se tiene del producto; pero, sobre todo, ser capaz de responder preguntas sobre la viabilidad y vigencia de la estrategia a implementar.

Mirando hacia el futuro, el desafío está en pasar de «tener una herramienta» a «por qué y cómo usarla». Esto implica priorizar el desarrollo de propuestas de valor sobre la simple acumulación de herramientas. La automatización nos da la oportunidad de liberar tiempo para construir diferenciadores que reencanten a los lectores con nuestras marcas y contenidos. De esta manera, definitivamente el 2024 es el año en el que se han llegado a ‘comoditizar’ las herramientas de IA.

Este enfoque no solo responde a las necesidades inmediatas, sino que posiciona a las redacciones para aprovechar al máximo las capacidades de la IA, mientras se mantiene la integridad y los valores periodísticos.

Existen diversos directorios que permiten detectar valiosas herramientas basadas en IA. Se recomienda revisar el siguiente https://aitoolsdirectory.com/ 

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