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Fuente: Internet World Stats

La revolución digital ha transformado radicalmente la industria de los medios de comunicación en el país y el mundo. Ante la proliferación de nuevos recursos a través de la inteligencia artificial (IA), en el presente artículo se analiza el uso de esta tecnología en la generación de contenidos periodísticos locales, explorando sus posibilidades y los riesgos inherentes.

En la era digital, el periodismo se ve influenciado por los avances tecnológicos. En el contexto boliviano, los medios de comunicación están explorando las posibilidades que ofrece la IA para la generación de contenidos periodísticos. Desde la automatización de la redacción hasta la personalización de contenidos, la IA está redefiniendo los límites del periodismo. Así como ofrece facilidades, ahorro de tiempo, trabajo y dinero a los medios, también presenta grandes desafíos. 

Para Santiago Espinoza, jefe de redacción del diario Opinión, la reacción de los periodistas bolivianos ante la IA se ha movido entre dos polos: por un lado, el entusiasmo en las generaciones de periodistas jóvenes más habituados a los recursos tecnológicos y nativos digitales, por probar los alcances y facilidades que ofrece la IA para la producción de contenidos; y, por otro, el escepticismo y rechazo por parte de periodistas más conservadores ante el riesgo de que la IA pueda amenazar las fuentes laborales y, por lo tanto, la supervivencia de los periodistas. Espinoza señala que, si bien, durante 2021 y 2022 hubo un primer momento de entusiasmo, posteriormente, se ha dado una especie de asimilación y distancia con respecto a su uso. 

Entre las aplicaciones de IA más utilizadas por los periodistas bolivianos, según Espinoza, está ChatGPT, para generar un contenido más funcional como la investigación de datos y la redacción de contenidos no publicables. También están las herramientas para la búsqueda de información específica en documentos y la transcripción de audios. La experimentación mas curiosa a la que han llegado en el diario Opinión fue la creación de un conductor, una especie de avatar que leía las noticias del periódico. La periodista Nelfi Fernández, del diario El Deber, coincide en que las herramientas más usadas son ChatGPT y Gemini. Sin embargo, su uso se restringe a la búsqueda de información de contexto y datos específicos para complementar la información. 

En los últimos años, en Bolivia se han creado proyectos que se dedican a la verificación de información y han experimentado con algunas posibilidades de la IA en procedimientos de contrastación y corroboración de datos. Algo muy útil en esta época de desinformación y de “las mal llamadas noticias falsas”.  

La IA puede ayudar a los medios a facilitar el trabajo de sus periodistas adaptando artículos para diferentes audiencias, así como traducir, transcribir, crear textos, audios y videos. En definitiva, ahorrar tiempo y trabajo en la producción de diversos contenidos lo que supone también un ahorro de dinero que podría mantener a los medios en circulación. En el contexto boliviano, según Espinoza, en los últimos años hubo en los medios una renovación generacional de periodistas, más abiertos y afines al uso de nuevas tecnologías, que ha permitido la experimentación de las posibilidades que ofrece la IA. Sin embargo, ese entusiasmo ha empezado a diluirse debido a las noticias sobre amenazas a las fuentes de empleo. 

Para Fernández, la IA pareciera ser una solución que permite a los periodistas cumplir con la misión de entregar sus contenidos en el menor tiempo posible. Sin embargo, esto conlleva un riesgo si el periodista y editores no verifican o hacen preguntas más profundas. “Un periodista siempre desconfía de todas las respuestas que obtiene cuando hace preguntas. ¿Por qué no vas a desconfiar de la inteligencia artificial?”, afirma. De esta manera, la IA plantea desafíos y riesgos como el dilema de la ética periodística, por lo cual la falta de rigurosidad en la verificación de datos supone un peligro ante la desinformación.  

Otra preocupación está relacionada a los derechos de autor. La IA utiliza información publicada en diversos sitios, sin embargo, no se solicitan permisos, ni se reconocen los derechos de autor de las fuentes originales. Según Fernández, esto “va en detrimento de las ya lastradas economías de los medios de comunicación y de la crisis que viene afrontando la industria”. 

Para Espinoza, el desarrollo de las capacidades en tecnología depende de la propia voluntad e interés de los medios y periodistas. La situación precaria de los medios bolivianos no ofrece condiciones para facilitar la capacitación o la incorporación institucional de la IA. Sin embargo, proliferan cursos y espacios de capacitación auspiciados por proyectos de organizaciones internacionales y locales.

En cuanto a los desafíos que tienen los medios frente al uso de la inteligencia artificial en Bolivia, está el elaborar un protocolo, marco de acción para garantizar la rigurosidad en el proceso de elaboración de contenidos. También, la capacitación en el uso de la IA en el gremio periodístico a fin de evitar que muchos profesionales queden rezagados en cuanto al acceso a estas tecnologías. 

Captura de pantalla de la cuenta de Facebook del diario Opinión y una conductora de noticias generada con inteligencia artificial. (https://www.facebook.com/DiarioOpinion / Consultado el 10 de abril de 2024).

Captura de pantalla del portal web del diario El Deber sobre su cobertura periodística a temáticas relacionadas con el uso de IA. (https://acortar.link/MxhbqF / Consultado el 10 de abril de 2024).

Imagen referencial sobre las experiencias de IA en los medios de comunicación bolivianos.

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